GELATINA SIN SABOR
- PRIMERO QUE TODO HAY QUE TENER UNA BUENA HIGIENE CON LOS IMPLEMENTOS A UTILIZAR Y TENER EL UNIFORME ADECUADO GORRO, TAPA BOCA, GUANTES Y DELANTAL
- SE DISUELVE LA GELATINA SIN SABOR EN AGUA HIRVIENDO Y SE REVUELVE BIEN
DESPUES DE HERVIR SE DEJA REPOSAR
Y DE ULTIMO DESPUES DE REPOSADA LA GELATINA SIN SABOR SE LE AGRAGA EN LA LICUADORA JUNTO CON LAS LECHES
Y SE LICUAN TODO LOS INGREDIENTES

Fue un francés, inventor del método de preservación hermética de los alimentos. Él abrió la primera fábrica comercial de conservas en el mundo, Basándose en las experiencias de Papin, inventó un procedimiento para conservar los alimentos al resguardo del oxígeno, mediante envases de vidrio o enlatados.. Fue un buen cocinero y trabajó en las cocinas de la princesa de Forbach que fue una de las mujeres más golosas de París.
En aquella época, Napoleón desarrollaba su política de expansión territorial. Sus ejércitos requerían disponer de alimentos que no se alteraran durante el tiempo que duraban las largas campañas bélicas. Para ello, estableció un premio en metálico (12.000 francos) al que encontrara un procedimiento de conservación de alimentos. El maestro confitero Nicolás Appert consiguió este premio en 1810 después de 14 años de experimentación. Su procedimiento consistía en colocar los alimentos en botellas de vidrio tapadas con tapones de corchos sujetos con alambre y sellados con cera o lacre que sometía a un calentamiento en agua hirviendo durante largos tiempos. Con ello inició la técnica de conservación de alimentos por calor, llamada también "appertización". Appert no supo explicar por qué su método alargaba la duración de los alimentos.
Fue Louis Pasteur el que años más tarde lo atribuiría a la inactivación de los microorganismos presentes, responsables de la alteración del alimento. Las posteriores invenciones del envase hermético de hojalata y del auto clave para la esterilización a temperaturas por encima de

(Brooklyn, 1886 - Nueva York, 1956) Empresario norteamericano. En 1912 trabajó durante breve tiempo en Labrador con sir Wilfred Grenfell y descubrió casualmente el método de congelación rápida para la conservación de los alimentos. Observó que, si dicho proceso era lento, se formaban unos cristales grandes que dividían la estructura de las células de los alimentos y echaban a perder su sabor. En 1917 regresó a los Estados Unidos, donde comenzó a perfeccionar sus métodos de refrigeración. Puso verduras frescas y alimentos entre placas metálicas de congelación y enfrió la comida de 0º a -3,8º Celsius en unos minutos. Su éxito lo desmuestran las 250 patentes que llevan su nombre en Estados Unidos y en países extranjeros. Vendió las primeras comidas congeladas en 1930.
Su primer trabajo fue el de naturalista y después como comerciante de pieles en Labrador entre 1912 y 1917. Fue allí donde descubrió que los esquimales cuando capturaban un pescado lo colocaban sobre un trozo de hielo.
En invierno, expuestos a los vientos gélidos, los pescados se congelaban casi de inmediato, pero el sistema era menos efectivo cuando hacía menos frío. Cuanto más rápida era la congelación, mejor era el sabor del pescado que podía consumirse meses después, lo cual se explica porque los cristales de hielo que se forman son menores; las paredes celulares no resultan dañadas y cuando se descongela el alimento, éste mantiene su sabor, textura y olor.
La primera patente de Birdseye, presentada en 1924 con el número US 1511824, tenía por titulo «Preparación de productos de la pesca», por lo que el inventor sólo pensaba en el tratamiento de pescado. Sobre este tema comentaba que la presencia de aire, como en los barriles de pescado con hielo, dificulta la congelación y permite el desarrollo de bacterias una vez vuelve a subir la temperatura. Se requiere una cámara aislada con numerosas celdas o «marcos» que contienen el pescado mientras el espacio intermedio se rellena de salmuera que actúa como refrigerante.
PETER DURAND
Peter Durand y su socio Auguste de Heine estudian el asunto, su olfato de investigadores pragmáticos que van buscando la utilidad de los nuevos progresos detecta las posibilidades del tema. Profundizan más en la realización práctica de este procedimiento y constatan que es fundamental el diseño adecuado de los recipientes empleados.
En 1810 Peter Durand presenta al registro una patente que permite “preservar alimentos en vasos de cristal, cerámica, hojalata u otros metales ó materiales apropiados”. Su Majestad Jorge III se la concede. En ella explica en que consiste este vaso de hojalata, se trata de un cilindro cerrado por ambos extremos, hecho de acero recubierto de estaño (hojalata) cuyas piezas se unen por soldadura. Durand se da cuenta de las grandes ventajas que representa este material frente al cristal usado por Appert: ligereza, irompibilidad, conductibilidad del calor, resistencia a la corrosión frente a otros metales...y trabaja activamente en su proyecto, dedicándose a ser un diligente propagador de la patente Así se convierte en el autentico padre del envase metálico y de la industria que lo fabrica.
Durand no llegó a hacer personalmente latas ni envasados. Fueron los ingleses Bryan Donkin y John Hall quienes haciendo uso de su registro empezaron a hacer ensayos montando un pequeño taller de conservas. En 1813 lograron un acuerdo con el gobierno británico y enviaron latas de alimentos a
Muchos ingleses emigraban a América del Norte en estos años. Uno de ellos fue Thomas Kensett, el cual llevó consigo los nuevos conocimientos e instaló una fábrica de conservas en New York poniendo en el mercado ostras, carnes, frutas y verduras envasadas. Inicialmente usó frascos de cristal pero pronto conoció las ventajas de las latas de hojalata y presentó una patente conjuntamente con su suegro Ezra Daggelt que registraba la “preservación de alimentos en vasijas de hojalata” en Estados Unidos y que fue concedida por el presidente James Monroe en 1825.
A partir de estos hechos la industria de la conserva se extendió con gran fuerza en los dos continentes.
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